"El
amor es un fenómeno aprendido aunque quizá muchos de nosotros no estemos
satisfechos con el modo en que lo hemos aprendido. Como seres humanos
experimentados, debemos creer en una cosa por encima de otra: el cambio. Y por
lo tanto, si no nos gusta donde estamos con respecto al amor, si no nos gusta
el escenario en el que nos encontramos, si no somos felices, si nos sentimos
solos, si nos parece que no sucede nada podemos cambiar y crear un nuevo
escenario.
Debemos
pintar un nuevo decorado. Rodearnos de actores nuevos. Y si la obra no es
buena, insistiremos y escribiremos otra. Hay millones de obras, tantas como
personas. Sabemos que el amor es algo que necesitamos, algo que buscamos
constantemente y sin embargo, no se nos enseña. Se supone que nos llega por y a
través de alguna fuerza misteriosa de la vida." "El amor no es un
producto que pueda negociarse, comprarse o venderse, tampoco podemos obligar a
amar u obligar a otros a que nos amen.
Sólo puede ser dado en forma voluntaria.
Muchas personas se ofrecen en venta, en cuerpo y mente, en nombre del amor.
Pero se engaña a sí mismo quien cree que puede comprar el amor. Puede comprar
el cuerpo de otro, o su tiempo, sus posesiones terrenas, pero nunca comprará su
amor. Se puede optar por fingir amor a cambio de un precio determinado. Se
trata de un arte dramático que muchos han perfeccionado al punto que resulta
imposible descubrir el engaño. Pero este jugar al amor no es fácil.
El costo es
grande y nunca recompensa lo suficiente." "El amor no puede ser encerrado
o encadenado. El amor se diluye entre las cadenas.
Si el amor desea seguir otro
curso, se va; y todas las prisiones, guardias, cadenas u obstrucciones del
mundo no son suficientes para retenerlo ni por un segundo. Si un ser humano ya
no desea crecer en el amor con otro ser humano, el otro puede desempeñar varios
papeles para retenerlo.
Puede convertirse en un villano y amenazarlo; puede
volverse generoso y ofrecer regalos; puede convertirse en un intrigante y
hacerlo sentir culpable; puede ser astuto y trampearlo para que se quede o
puede cambiar su propio “yo” para satisfacer las necesidades del otro. Pero a
pesar de todo lo que haga, el amor del otro se ha ido y sólo recibirá a cambio
de todos sus esfuerzos, un cuerpo vacío, sin vida y sin amor. Aunque esto nos
parezca repugnante, muchos lo hacen por seguridad, fama o fortuna.
La dinámica
resulta aún más grotesca cuando se comprende que esta relación sin porvenir
impide al enamorado un crecimiento constante. El amor es tener siempre los
brazos abiertos. Con los brazos abiertos el amor puede ir y venir a su
voluntad, libremente, pues lo haría igual de todos modos. Si cerramos los
brazos alrededor del amor descubriremos que hemos quedado solos, abrazándonos a
nosotros mismos."
Autor: Nemesis Arbenz
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